Cobrar un 27 % TAE de intereses por un préstamo de 3.000 euros a «cómodos plazos» hace que la deuda tienda a infinito y eso no es rentabilidad, es «usura». Eso es lo que ha declarado esta semana el Tribunal Supremo tras las bautizadas como Tarjetas Revolving. El fallo sale a la luz después de que la entidad Wizink Bank presentase un recurso de casación, hoy desestimado, contra la decisión de la Audiencia Provincial de Santander de decretar la nulidad de un crédito concedido a un tipo de interés del 26,82 % TAE y sacudirse así la multitud de condenas que carga a sus espaldas por abusar de los clientes y comercializar de forma fraudulenta este tipo de tarjetas. Ahora, amparándose en la ley española de usura, los contratos de crédito suscritos a «intereses notablemente superiores al normal del dinero», podrán ser anulados.
El propio Banco de España advirtió recientemente de la peligrosidad de este producto de financiación rápida. El organismo admite que «al final, se produce un efecto de bola de nieve y la deuda, pese a abonar las cuotas, sigue creciendo». Eso es lo que ocurre cuando se recurre a su simulador web. Sería imposible hacer frente a un crédito de 3.000 euros a un 20 % en mensualidades de 50 euros: «Con esta cuota, la deuda se convertiría en indefinida e incluso irá aumentando con el tiempo», advierte el regualador. El problema que denuncian las organizaciones de afectados es que nunca se les llega a informar de su funcionamiento ni de los riesgos aparejados. Algo en lo que coincidimos en dP Abogados, tenemos clientes con más de 20 micro créditos de 300 euros, concedidos todos ellos por la misma entidad «siendo esta conocedora de su imposibilidad de pago».
A la decisión del Supremo —a la que ya se habían anticipado 31 Audiencias Provinciales (incluidas las de A Coruña, Ourense y Pontevedra), que resolvieron a favor del cliente—, abre la puerta a «reclamaciones en masa de afectados que costará millones a la banca. En primer lugar porque parte de la deuda contraída por los clientes ha sido vendida a terceros. En muchos casos, el cliente ni siquiera es informado de que su deuda ha cambiado de manos. «Es el modus operandi. Captan clientes potenciales y después el cobro de esas deudas generadas lo realiza otra entidad», en dP Abogados, llevamos más de 720 casos solo en la provincia de A Coruña. Según sus estimaciones, las devoluciones medias alcanzan los 4.500 euros y las estadísticas indican que nueve de cada diez afectados han conseguido poner a la justicia de su lado.